Grados de seguridad: niveles, usos y normativas aplicables

Alarma para casa

Grados de seguridad: niveles, usos y normativas aplicables

Bambai

¿Más info?
Ver precios

Llama al 937 379 317

o ¡te llamamos gratis!

Thank you! Your submission has been received!
Oops! Something went wrong while submitting the form.
Alarma para casa

Grados de seguridad: niveles, usos y normativas aplicables

Bambai

Cuando hablamos de grados de seguridad, nos referimos al nivel de protección que ofrece un sistema o producto frente a intentos de robo, intrusión o acceso no autorizado. Es una forma de medir, de manera objetiva, cuánto resiste una puerta, una caja fuerte, una alarma o incluso un servicio de vigilancia ante un ataque real.

Estos grados están regulados por normas oficiales, tanto a nivel nacional como europeo, y sirven para asegurarnos de que ese sistema ha pasado pruebas exigentes antes de salir al mercado.

¿Para qué sirven los grados de seguridad?

La idea es bastante simple: no todo el mundo necesita el mismo nivel de seguridad. No es lo mismo proteger una vivienda que una tienda de lujo o una empresa con datos sensibles. Por eso existen distintos grados de seguridad, para que cada persona o negocio pueda elegir el nivel de protección que realmente necesita.

Así, por ejemplo:

  • Un grado 1 ofrece una protección básica, pensada para entornos con poco riesgo.

  • Un grado 3 o superior ya está pensado para lugares con bienes de alto valor o zonas más expuestas.

Cómo se determina el grado de seguridad de un sistema

Los grados de seguridad no se asignan al azar. Cada producto o sistema pasa por una serie de pruebas en laboratorios especializados, donde se simulan ataques reales: desde palancas y herramientas eléctricas hasta intentos de forzar cerraduras o romper estructuras.

Según el tipo de producto, se aplican normativas distintas. Las más habituales son:

  • UNE-EN 1143-1, que se usa para cajas fuertes, armeros y cámaras acorazadas.

  • UNE-EN 1627, que clasifica puertas, ventanas y cerramientos según su resistencia.

  • UNE-EN 50131, que regula los sistemas de alarma.

  • La normativa de seguridad privada, que afecta a servicios de vigilancia o control de accesos.

Para qué sirven los grados de seguridad

Los grados de seguridad están para algo muy sencillo: ayudarte a saber cuánta protección necesitas en función de lo que quieres proteger. No es lo mismo asegurar una casa en un barrio tranquilo que una joyería en pleno centro. Por eso existen distintos niveles, para que cada persona o empresa pueda elegir el sistema que mejor encaje con su situación.

Tener claro el grado de seguridad adecuado no solo evita sustos, también te permite ahorrar dinero, cumplir con normativas y sentirte más tranquilo.

¿Dónde se aplican los grados de seguridad?

Aunque al principio solemos pensar solo en cajas fuertes o puertas acorazadas, los grados de seguridad se aplican en muchos más sitios:

  • En viviendas, para proteger accesos, objetos personales o alarmas.

  • En negocios y oficinas, donde hay más riesgo de robo o acceso no autorizado.

  • En instalaciones sensibles, como laboratorios, joyerías o edificios oficiales.

  • En servicios de seguridad privada, para valorar qué tipo de vigilancia es la adecuada.

Cómo te ayudan a tomar decisiones

Cuando no eres experto en seguridad, los grados te sirven como una guía clara. Te orientan sobre qué nivel necesitas sin tener que adivinar o dejarte llevar solo por el precio.

Por ejemplo:

  • Si vives en una zona con poca incidencia de robos, un grado 1 o 2 puede ser suficiente.

  • Si tienes una tienda o almacenas productos valiosos, es más sensato pensar en un grado 3 o superior.

  • En lugares con un riesgo alto o donde se exige un control estricto, como bancos o centros de datos, se utilizan grados mucho más exigentes.

Riesgo, valor y grado: las tres claves

Antes de elegir cualquier sistema, lo más lógico es tener en cuenta tres cosas:

  1. El riesgo de la zona (más robos, más seguridad).

  2. El valor de lo que quieres proteger (no es lo mismo un portátil que joyas o documentos confidenciales).

  3. El grado de seguridad del producto o servicio (a mayor grado, más resistencia y fiabilidad).

Cuanto más expuesta esté una vivienda o negocio, o más valor tengan los objetos que hay dentro, más importante es apostar por un grado de seguridad alto y certificado.

Tipos de grados de seguridad según el ámbito

No todos los grados de seguridad son iguales ni se aplican de la misma forma. Depende mucho de qué estés protegiendo: no es lo mismo una caja fuerte que una alarma o un vigilante de seguridad. Cada tipo de sistema sigue su propia normativa, y por eso es importante conocer cómo se clasifican según el ámbito.

Seguridad física: puertas, ventanas y cajas fuertes

En este caso, los grados de seguridad indican cuánto resisten los elementos frente a un intento de robo. Es decir, cuánto tardarían en forzarlos con herramientas reales.

¿Cómo se clasifican?

  • Cajas fuertes y armeros: se regulan por la norma UNE-EN 1143-1. Los grados van desde el 0 hasta el XIII. Cuanto más alto es el número, más difícil es de abrir. Para casas, los más comunes son el grado 0, I o II. A partir del grado III ya hablamos de modelos más avanzados, pensados para proteger grandes cantidades de dinero, armas o joyas.

  • Puertas y ventanas: se clasifican con la norma UNE-EN 1627, que va del RC1 al RC6. Las más usadas en viviendas son las de grado RC3 y RC4, que ya ofrecen una resistencia bastante alta frente a intentos de entrada forzada.

Seguridad electrónica: alarmas y sistemas conectados

Aquí los grados de seguridad se refieren a la capacidad del sistema para detectar intrusos y evitar sabotajes. También marcan el nivel de protección que ofrecen en entornos más o menos expuestos.

Niveles más comunes

  • Grado 1: básico. Para lugares con riesgo muy bajo, como un trastero sin valor.

  • Grado 2: el más instalado en viviendas y pequeños negocios.

  • Grado 3: obligatorio en negocios con cierto nivel de riesgo, como joyerías, gasolineras o tiendas de electrónica.

  • Grado 4: alta seguridad, pensado para instalaciones críticas o con protocolos especiales.

Esta clasificación la marca la norma UNE-EN 50131. Es importante instalar un sistema con el grado correcto si quieres que la alarma sea válida a nivel legal o para el seguro.

Seguridad privada: vigilancia y control de accesos

En este ámbito no se usan grados numéricos como tal, pero también hay niveles de intervención y procedimientos regulados por ley. Aquí hablamos de servicios como vigilantes, rondas nocturnas o control de accesos en empresas y eventos.

Todo esto está recogido en la Ley de Seguridad Privada y su reglamento, que definen qué tipo de protección es necesaria según el entorno.

¿Qué grado de seguridad necesito?

Depende mucho del sitio y de lo que quieras proteger. En general:

  • Para una vivienda normal, un grado 2 en alarmas y un RC3 o RC4 en puertas ya ofrece una buena protección.

  • En negocios, lo recomendable es empezar en grado 3 tanto en sistemas electrónicos como físicos.

  • En espacios con riesgo alto o con exigencias especiales, es mejor optar por grados superiores y combinar sistemas.

Grados de seguridad en cajas fuertes y puertas blindadas

Cuando queremos proteger dinero, documentos importantes o cualquier objeto de valor, tanto las cajas fuertes como las puertas blindadas tienen que ofrecer una resistencia real. Para saber si realmente lo hacen, existen los grados de seguridad, que indican cuánto aguantarían ante un intento de robo con herramientas reales.

Estos grados están definidos por normativas oficiales y, si eliges bien, no solo estarás más protegido, sino que también te evitarás problemas con aseguradoras o posibles inspecciones.

Cómo se clasifican las cajas fuertes

Las cajas fuertes se rigen por la norma UNE-EN 1143-1, que establece distintos niveles en función de su resistencia frente a ataques físicos: desde herramientas manuales hasta radiales o sopletes.

Los grados más habituales

  • Grado 0 y I: para uso doméstico o negocios pequeños. Sirven para guardar dinero en efectivo, documentación o pequeños objetos de valor.

  • Grado II y III: ya hablamos de una protección más seria. Son ideales para oficinas, despachos profesionales o viviendas donde se guarden bienes de cierto valor.

  • Grado IV y superiores: pensadas para joyerías, entidades bancarias o instalaciones con un riesgo elevado. En estos casos, lo habitual es que se combinen con sistemas electrónicos de seguridad.

La mayoría de aseguradoras asocian una cantidad máxima de cobertura al grado de seguridad de la caja. Es decir, si no está homologada o no tiene el grado exigido, puede que el seguro no cubra.

Grados de seguridad en puertas blindadas

Las puertas también se clasifican según su resistencia frente a ataques. La norma que regula esto es la UNE-EN 1627, que establece niveles del RC1 al RC6.

Qué nivel suele usarse

  • RC1 y RC2: muy básicas. Apenas resisten ante un intento de robo un poco preparado. No se recomiendan como puertas principales.

  • RC3 y RC4: ya ofrecen una resistencia importante. Aguantan ataques con herramientas como palancas, destornilladores o martillos. Son las más comunes en viviendas particulares.

  • RC5 y RC6: alta seguridad. Están pensadas para instalaciones críticas, empresas con información sensible o zonas de alto riesgo.

Eso sí, de nada sirve tener una puerta con grado RC4 si no está correctamente instalada o no cuenta con su certificado oficial. La instalación profesional es parte esencial de la seguridad.

¿Qué grado de seguridad necesito realmente?

A la hora de decidir, lo más sensato es tener en cuenta tres cosas:

  1. El riesgo del entorno: si vives en una zona con antecedentes de robos o el negocio está a pie de calle.

  2. El valor de lo que vas a proteger: ya sea efectivo, objetos de valor o información confidencial.

  3. Las exigencias de tu seguro o la normativa vigente: algunas pólizas exigen un grado mínimo para que la cobertura sea válida.

Para la mayoría de viviendas, una caja fuerte de grado I o II y una puerta RC3 o RC4 es más que suficiente. En negocios o viviendas de alto nivel, conviene subir un grado y complementar con sistemas electrónicos como alarmas o videovigilancia.

Cómo elegir el grado de seguridad adecuado

Elegir bien entre los distintos grados de seguridad no es cuestión de capricho ni de gastar por gastar. Se trata de saber qué necesitas realmente para proteger lo que te importa, sin quedarte corto… ni pasarte de largo.

Para que el sistema funcione y te sirva de verdad, es clave encontrar el equilibrio entre el riesgo, el tipo de inmueble, el valor de lo que estás protegiendo y, claro, lo que marca tu seguro o la ley.

¿Qué debes tener en cuenta antes de decidir?

Aquí van los aspectos que conviene valorar antes de elegir un grado de seguridad:

1. La zona y el nivel de riesgo

No es lo mismo vivir en una urbanización tranquila que en una calle comercial muy transitada. Si la zona tiene antecedentes de robos o accesos fáciles, lo lógico es apostar por un grado de seguridad más alto.

2. El tipo de inmueble

Un piso dentro de un edificio es menos vulnerable que una casa aislada, por ejemplo. En negocios a pie de calle o con almacenes visibles desde fuera, también se recomienda subir el nivel.

3. Lo que vas a proteger

Cuanto más valor tenga lo que guardas (dinero, joyas, equipos, documentos confidenciales), más importante es que el sistema tenga el grado de seguridad adecuado. Y no solo por protección, también porque muchas aseguradoras lo exigen.

4. Lo que marca la ley o el seguro

Hay sectores (joyerías, farmacias, estancos, etc.) que están obligados a tener un grado mínimo. Lo mismo ocurre con algunas pólizas, que no cubren el robo si el sistema no está certificado con el grado que corresponde.

¿Qué grado de seguridad te puede encajar?

Aquí te dejo una idea orientativa, aunque siempre es recomendable hablar con un profesional que te asesore según tu caso:

  • Para viviendas particulares:


    • Alarma con grado 2

    • Puerta con RC3 o RC4

    • Caja fuerte con grado I o II

  • Para oficinas o pequeños comercios:


    • Alarma con grado 2 o 3

    • Puerta con RC4

    • Caja fuerte con grado II o III

  • Para negocios con riesgo alto:


    • Alarma con grado 3

    • Puerta con RC5 o superior

    • Caja fuerte con grado III en adelante

Lo que no conviene hacer

A la hora de elegir, hay errores que se repiten mucho:

  • Quedarse corto por ahorrar y luego no cumplir con el seguro.

  • Comprar productos que no están homologados.

  • Instalar todo por tu cuenta sin asesoramiento ni certificación.

  • No revisar si el grado que eliges cumple la normativa vigente.

¿Quién certifica los grados de seguridad?

Cuando compras una caja fuerte, una puerta acorazada o un sistema de alarma, no basta con que el fabricante diga que es resistente. Para que realmente tenga uno de los grados de seguridad reconocidos, ese producto tiene que haber sido ensayado y certificado por un laboratorio oficial. Solo así puedes estar seguro de que lo que estás instalando cumple con lo que promete.

Y esto es especialmente importante si lo necesitas para cumplir con una normativa o si tu seguro exige ciertas condiciones.

¿Quién se encarga de certificar los grados de seguridad?

En España y en Europa hay varias entidades que se dedican a comprobar si un producto realmente cumple con el grado de seguridad que dice tener. Las más conocidas son:

  • AENOR, que certifica que se cumplen las normas técnicas como las UNE o EN.

  • Laboratorios como Applus+, Tecnalia o LGAI, que hacen las pruebas necesarias.

  • Organismos europeos como ECB-S, VdS o CNPP, muy reconocidos sobre todo en productos de alta seguridad.

Estos centros hacen ensayos reales: prueban cuánto resiste una puerta, una caja o una alarma ante ataques físicos, intentos de sabotaje o manipulaciones.

Normas que regulan los grados de seguridad

Cada tipo de producto tiene su propia normativa. Las más habituales son:

  • UNE-EN 1143-1: para cajas fuertes, armeros y cámaras acorazadas.

  • UNE-EN 1627: para puertas, ventanas y otros elementos físicos.

  • UNE-EN 50131: para alarmas y sistemas electrónicos de seguridad.

Estas normas marcan los requisitos que debe cumplir un producto para que se le pueda asignar un grado de seguridad oficial.

¿Cómo saber si un producto está certificado?

Muy fácil. Todo producto certificado debe llevar una placa o etiqueta visible, normalmente en el interior. En ella debe figurar:

  • El laboratorio o entidad que ha hecho el ensayo.

  • La norma que ha seguido (por ejemplo, UNE-EN 1143-1).

  • El grado de seguridad concreto que ha conseguido.

  • Un número de certificado o referencia técnica.

Además, puedes pedir al instalador o al proveedor el certificado oficial. Si no te lo dan o ponen excusas, es mejor no fiarse. Y si tienes dudas, puedes consultar directamente en las bases de datos del organismo certificador.

¿Por qué es tan importante que esté certificado?

Porque si no lo está:

  • No hay garantía real de que aguante un ataque.

  • Es muy posible que tu seguro no cubra un robo si se demuestra que el sistema no estaba homologado.

  • En algunos sectores, como joyerías o estancos, estarías incumpliendo la normativa, lo que puede traerte problemas legales.

Seguridad real y con grados de seguridad que sí cuentan

En Bambai lo tenemos claro: proteger tu casa o tu negocio no tiene por qué ser complicado, ni caro, ni obligarte a firmar contratos interminables. Por eso hemos creado un sistema de seguridad con grados de seguridad reales, sin permanencia y con todo lo que necesitas, sin historias.

Alarmas con respaldo técnico y soporte de verdad

Nuestras alarmas no son un simple “kit”. Están pensadas para ofrecer una protección eficaz, con componentes probados y adaptados a distintos niveles de riesgo. Dependiendo del tipo de vivienda o local, puedes elegir entre diferentes opciones, todas con:

  • Panel central de control

  • Detectores de movimiento y de apertura

  • Cámaras con streaming en tiempo real (según el plan)

  • Llaves inteligentes y pegatinas disuasorias

Y si pasa algo, te ayudamos directamente a contactar con la Policía. Estamos contigo los 365 días del año, las 24 horas. Sin centralitas automáticas ni tiempos de espera absurdos.

Alarmas sin permanencia, como debería ser

Aquí no te atamos. Bambai = alarmas sin permanencia. Si necesitas una alarma durante unas semanas, unos meses o para una situación concreta, puedes darte de baja cuando quieras. Y si prefieres algo más estable, tienes la opción de suscribirte con un compromiso mínimo de solo 9 meses y beneficiarte de un precio más bajo.

Te lo ponemos fácil con tres planes claros, sin letra pequeña:

Planes disponibles

  • Plan 1 - 19,99 €/mes (IVA incluido)
    Lo básico para pisos o viviendas normales, con buen nivel de protección.

  • Plan 2 - 24,99 €/mes
    Incluye cámara wifi para ver lo que pasa en todo momento.

  • Plan 3 - 34,99 €/mes
    Dos cámaras, más sensores y cobertura completa, ya sea con alarmas para fincas, alarmas para piscinas o alarmas para barcos.

Todos incluyen alarma, asistencia 24/7, mantenimiento gratuito y autoinstalación sencilla. En menos de 10 minutos la tienes lista.

¿Por qué elegir Bambai?

Muy simple: porque ponemos tu seguridad por delante, y no tus datos bancarios en una cláusula de permanencia.

  • No pagas la alarma ni la instalación

  • Puedes cancelar cuando te dé la gana

  • Te atendemos personas, no robots

  • Adaptamos los grados de seguridad a tu casa o negocio, sin complicarte la vida

Y todo, desde 19,99 € al mes, con el respaldo de un equipo que está cuando lo necesitas.

Conclusión

En Bambai lo decimos claro: estar protegido no debería ser complicado ni costarte un dineral. Tampoco necesitas firmar contratos eternos para tener un sistema de seguridad que funcione. Lo que de verdad importa es saber qué nivel de protección necesitas y contar con alguien que te lo ofrezca sin rodeos.

Los grados de seguridad marcan la diferencia

A lo largo de todo este artículo lo hemos visto: los grados de seguridad sirven para saber si un sistema aguanta de verdad. No es lo mismo una alarma cualquiera que una con su certificado y su resistencia probada. Elegir un producto con el grado adecuado es lo que te asegura que, si alguien intenta entrar, el sistema va a responder como toca.

En Bambai trabajamos con soluciones reales y con personas que saben lo que hacen. Te asesoramos según tu casa, tu negocio y el nivel de riesgo, sin intentar colarte nada que no necesites.

Seguridad sin líos, como debería ser

No pagas por el equipo, no hay instalación complicada y, si quieres, puedes contratar solo unos meses. Desde el minuto uno, tú decides:

  • Qué nivel de protección necesitas (según los grados de seguridad reales)

  • Cuánto quieres pagar

  • Cuándo te das de alta y cuándo te das de baja

Y si pasa algo, nos tienes 24/7 para ayudarte, incluso para guiarte en el aviso a la Policía. Todo desde 19,99 € al mes, sin letra pequeña ni sustos.